La luz
   
   
 
Luz y color
(en construcción)
Nuestro entorno está lleno de fuentes de luminosidad, tanto de luz natural como de artificial. Un ambiente rico de estímulos ofrece al niño muchas posibilidades de establecer interacciones con el mundo que le rodea, facilitando el desarrollo de sus capacidades.

Así pues, dar un tratamiento pedagógico a la luz, significa dar a los niños una lupa de gran aumento para mirar, encontrar, y tomar conciencia de los pequeños detalles de las cosas, significa permitirles que impregnen su retina con las posibilidades lúdicas que ofrece la luz: sus reflejos, descomposiciones, proyecciones, transparencias... los mil juegos con la combinación luz-sombra, etc. Quiere decir ofrecer a los niños, al igual que los pintores impresionistas, la posibilidad de capturar la luz del instante, variable, fugaz, irrepetible. Significa facilitarles el descubrimiento y la seducción de un mundo que a la vez es real, rico de fenómenos naturales y de hechos que son una parte de la herencia de nuestra cultura, y mágico, lleno de creatividad y de evolución.

 
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