Crónica de la visita a Linnunlaulu Päiväkoti. Helsinki.
Por Maria José Ortega

El centro se encuentra situado en un bonito edificio antiguo, con más de cien años, amplio y luminoso que fue una residencia para niños y niñas ciegos. Esta rodeado de un jardín donde vemos a los niños y niñas jugar. Su nombre hace referencia al canto de los pájaros que se solía escuchar en él, los nombres en las puertas de las salas son nombres de pájaros.
La planta alta se ha adaptado como Centro infantil. Atiende unos cuarenta niños y niñas de 1 a 6 años. Los niños están divididos en tres grupos:
-Un grupo de 3 a 6 años, 16 niños entre los que se encuentran cinco niños con necesidades educativas especiales (por eso son menos) y hay un profesor más, especialista, para atender a estos niños con necesidades educativas especiales.
-Dos grupos de 1 a 3 años con 24 niños en total agrupados los más mayores en un grupo y los más pequeños en otro.
Vemos que varios niños y niñas son de otras culturas.
El porcentaje de maestros/niños es igual al resto de los centros de la ciudad.
El horario es el habitual. No hay servicio de acogida por la tarde.

La sala de los mayores es una sala muy amplia y luminosa. Está dividida en diferentes espacios de juego y los niños participan en la organización y decoración de los mismos. Los diferentes espacios responden a diferentes intereses y necesidades. El ambiente es familiar y acogedor con objetos "de casa", con objetos de decoración antiguos, con dibujos y trabajos de los niños.

Trabajan en grupos pequeños, así se favorece el diálogo entre todos, la participación y el poder escuchar y atender a cada niño. Incluso en la comida se dividen en dos grupos y uno de ellos come en otra sala para favorecer la conversación entre ellos y la relación.
Quieren hacer una enseñanza viva partiendo de los intereses de los niños y de la realidad del día a día, de las situaciones cotidianas. Animan a que el niño experimente y aprenda por sí mismo.
Trabajan el sentimiento de individualidad y la autoestima. Cada niño con sus padres prepara su historia personal con fotos y textos en un panel que se expone y se comenta durante una semana.
Observamos los cuadernos en los que se va recogiendo la historia escolar del grupo para que lo vean niños y padres y el panel de comunicación con padres.
Los padres participan en el centro
Junto a la sala hay un espacio de descanso con colchonetas y cojines.
Las salas de los pequeños son de espacios amplios y más abiertos para responder a la necesidad de movimiento de los niños y niñas, son también familiares y acogedores.
Hay fotos de los niños y niñas que personalizan el espacio, sus pinturas, sus fechas de cumpleaños... Llegamos a la hora de comer de los más pequeños y vemos el trato de los maestros que les atienden individualmente o en grupos de dos o tres. Unos comen en tronas, otros en mesa, para unos hay cunas para otros colchonetas.
Mientras, en otra sala, un grupo de mayores siguen una canción para señalar partes del cuerpo

Hay espacios compartidos por niños y adultos, para comer, para estar, para trabajar con el ordenador... Hasta en las salas de las maestras tienen cabida los niños.
Hay un taller de experiencias con agua, colores, materiales naturales que utilizan libremente, un taller de carpintería-almacén...
La antigua sauna se utiliza como tal dos o tres veces al año. El resto del tiempo es un lugar cálido para el descanso, los juegos con el agua...
En la cocina, la cocinera es parte de la vida e historia del centro.

En la planta baja está la sala de usos múltiples. En esta sala además de las actividades de movimiento de los distintos grupos, una vez por semana un especialista se desplaza al centro para trabajar con los niños y niñas con necesidades educativas especiales. Dan importancia a que estos niños se incorporen a los centros normales de su barrio y que reciban allí toda la atención que necesitan. Esto lo hacen el 80% de los niños. El resto, un 20%, con mayores dificultades se incorpora en grupos especiales dentro de centros normales. Solo hay dos centros en todo el país para niños con problemáticas muy graves. Están estudiando el futuro de estos últimos centros.

También en la planta baja se encuentran otros servicios a la comunidad, es un ejemplo de pluriutilización de los espacios:

- Un taller de construcción de títeres y marionetas, y un teatrillo que lo utilizan grupos de personas que se dedican a esto para trabajar. A cambio del local construyen el material de títeres y marionetas que se necesitan en los centros de la zona y enseñan a realizar estos muñecos a grupos de niños y niñas.

-Una sala de encuentro, reuniones e intercambio de experiencias para los profesores de la zona. Es de uso libre, solo tienen que avisar que lo necesitan.

Mi impresión general de este centro es que es muy acogedor y familiar. Los niños y adultos se deben sentir como en su casa, valorados como personas, con libertad para aprender y desarrollarse, deben sentirse muy a gusto.

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Viaje a Finlandia con la revista Infancia de la A.M.Rosa Sensat. Abril/mayo 2002
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