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Esta
es la imagen de un niño despierto y observador de todo
lo que pasa por su entorno. Un niño que, cogido de
la mano, participa de un hecho colectivo.
La
escuela ofrece la oportunidad de disfrutar las fiestas como
un punto de encuentro y de participación de toda la
comunidad educativa.
Las
fiestas entran en la escuela, forman parte de nuestra cultura.
Nos ayudan a situarnos en el paso del tiempo, en acontecimientos
que pasan en nuestra ciudad, pueblo o barrio. Nos ayudan
a conocernos y a intercambiar diferentes maneras de celebrar
un mismo acontecimiento en otros lugares de nuestro entorno.
La escuela abre puertas, es un generador de nuevas y viejas
culturas.
Las
fiestas populares y otros acontecimientos nos ayudan a configurar
estrategias para organizar las familias que participan en
la organización. Las tertulias en la preparación
de las fiestas, son infinitamente ricas.
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La
fiesta como punto de encuentro, facilita que la mayoría
de las familias puedan participar. A las tres de la tarde
nos encontramos con las que nos ayudan a preparar las mesas.
Poco a poco van llegando y, como una gran familia, nos encontramos
en el jardín o, si llueve, en el espacio más grande
de la escuela. Y, si no es posible, cada grupo lo celebra
en su "madriguera".
NIÑOS,
PADRES, ABUELOS, TÍOS, PRIMOS Y SOBRINOS, VECINOS Y
MAESTROS CELEBRAN LA FIESTA DE...
Una convocatoria esperada y estimada por el clima que
se ha ido generando en la vida cotidiana de la escuela.
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