Calabazas
     
 

La noche anterior al comienzo de la exposición, el barrio de Cal Simon ha quedado transformado en un pequeño museo de calabazas. Las hay grandes y pequeñas, de mil colores, de secas y de frescas. Todo un espectáculo que cuando más se contempla, más cosas se van descubriendo.

El día siguiente este espacio adquirirá una nueva dimensión, se transformará en un pequeño mercado con las calabazas como protagonistas. Los labradores que con tanto cuidado y durante tanto tiempo las han ido cultivando, ya han preparado sus paraditas y todo está a punto de empezar.

También, de buena mañana, llegará la mistela, y se añadirán los pasteles y el ya tradicional pan de calabaza.

 

 
 
  Volver al inicio