Cuento del Tió
 
 

Una vez había dos hermanos, la niña se llamaba Anna y el niño se llamaba Toni.

Unos cuántos días antes de las Navidades, que es cuando que llega el frío, Anna y Toni fueron al bosque a buscar...

-¿Sabéis que fueron a buscar?

-¡El Tió de Navidad!

Cuándo llegaron al bosque, busca que buscarás...

De buenas a primeras, Anna dice:

-¡Mira! ¡Aquí hay uno! ¡Ya lo tenemos!

Estaba escondido cerca de unas piedras, todo recubierto de musgo, rodeado de setas que le hacían compañía.

Anna lo quiere coger y dice: -¡No puedo! ¡No puedo levantarlo!

Toni también lo prueba: -¡No puedo! ¡Yo tampoco puedo levantarlo!

Y lo prueban los dos juntos: -¡No podemos! ¡Pesa mucho! Toni dice: -¡Yo quiero llevarlo a la escuela!

Anna dice: -¿Sabes qué podemos hacer? Vamos a casa, y le diremos a Lluís, que él es más grande y muy valiente, que nos venga a ayudar. Él sí que podrá levantarlo.

Toni y Anna van a buscar a Lluís, y los tres vuelven al bosque.

-¡Está allá! ¡Está allá el Tió!

Lluís dice: -¡Qué Tió tan gordo!

Y muy contentos, cogen el Tió y lo llevan a la escuela.

Todos los niños y niñas de la escuela al verles llegar con el Tió aplauden de alegría.

¿Sabéis dónde lo pusieron? En un rinconcito de la clase, muy cerca de la estufa, para que no tuviera frío.

Los niños y niñas, todos le dicen cosas: -¿Verdad que tienes hambre Tió? ¿Verdad que tienes frío?

Y le dan de comer y beber. Y le traen una manta y le abrigan. Los niños y niñas están de lo más contentos. Esperan que llegue el día de la fiesta de hacer cagar el Tió. Todos los niños de la escuela aprenden una canción por hacer cagar el Tió. "TIó, Tió, caga turrón, Y si no... te daré un golpe de bastón".

Y, colorín colorado, este cuento se ha acabado.