Otro que ofrece a los más mayores la oportunidad de enfrentarse a sus miedos, decorado con esqueletos, brujas y fantasmas.
Nos pareció curioso el hecho de que en este kinder, supuestamente especializado en arte, no se cuidasen especialmente las producciones infantiles como elementos decorativos al igual que en otros centros visitados con anterioridad. En este caso resultaba evidente que las maestras eran las creadoras.
De la misma manera nos llamó la atención encontrar barreras tanto en las puertas de acceso al exterior como en las interiores, era la primera vez que observábamos esta limitación para la autonomía de las criaturas.
En el espacio Bikuben (abejas) un grupo de 1 a 3 años tomaban su merienda en un ambiente muy agradable: velitas en la mesa, música de fondo mientras tomaban la fruta que les ofrecía desde una bandeja la asistente que en esta ocasión, también por primera vez, vimos que desempeñaba un papel diferente al de las maestras.
Después de la merienda, los pequeños nos deleitaron con una sesión de ritmo y canto, en la que pudimos comprobar la competencia en esta materia de la pedagoga que invitaba a los niños a tocar instrumentos reales en un clima distendido y alegre a pesar de tantas espectadoras.
En el espacio exterior se respiraba el mismo aire de libertad, tranquilidad y autonomía característico de todos los kinder visitados. |