Sí
queréis prensar las plantas recogidas, una buena idea
es llevar revistas o libros viejos por ir colocando las
plantas inmediatamente después de haberlas recogido.
Una guía telefónica caducada puede ser muy útil
para esta finalidad.
Durante
la recolección colocáis bien las plantas entre
las hojas del libro teniendo cuidado de que las flores y
las hojas queden lo más planas posible. Una vez acabada
la recolección, iremos sacando las plantas del libro,
una a una, y colocándolas de nuevo bien planas entre
hojas de papel secante formando una pila. Podemos hacerlo
en el mismo libro o bien en una prensa para plantas.
Si
sólo utilizáis un libro, colocad encima de él
otros libros u objetos pesados para conseguir un mejor prensado.
Lo dejaremos todo en un sitio ventilado hasta que las plantas
estén bien secas.
En
un entorno seco y en verano esto puede tardar un par de
días. En otras situaciones hará falta ir comprobando
de vez en cuando el montón para comprobar si los
materiales ya se han secado. Una vez secadas las plantas,
una forma de eliminar microorganismos o larvas de insectos
que las podrían deteriorar, consiste en guardarlas
uno o dos días en un congelador. Para ello las meteremos
con mucho cuidado en bolsas de plástico vigilando que
no se rompan.
Si
no se han de utilizar inmediatamente las guardaremos tapadas
en una caja para que la luz no las deteriore. Una vez hecho
esto ya podéis proceder a su manipulación con
la finalidad que deseéis.
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