Secar plantas o frutos
 

La forma más simple de secar las plantas consiste en colgarlas boca abajo, bien por separado o en pequeños racimos, en un sitio ventilado en el que no dé el sol directamente. Podéis colocar un cordel o alambre horizontal sujetado con dos clavos en la pared e ir colgando las plantas recogidas.

El tiempo de secado variará según el grado de humedad de cada planta. Id observando con el paso del tiempo los cambios que se van produciendo.

Cuando pase un tiempo sin que la planta haga más cambios, por el aspecto y el tacto seco de la planta comprobaréis que ya se ha acabado el proceso de secado y podréis proceder a utilizarla para las composiciones florales que deseéis.

Este proceso es muy bonito para la ambientación y decoración de las escuelas. A diferencia de las plantas que generalmente se cosechan durante el buen tiempo, muchos frutos los podemos conseguir durante todo en el año.

Para secarlos de forma más rápida hay varias posibilidades: en un horno, en el microondas, en el calientaplatos de la cocina, pero la más adecuada y menos peligrosa para hacerlo en la escuela con los niños es poner los materiales sobre los radiadores de la calefacción o en otras fuentes de calor, sobre un papel especial de poner cosas en el horno. Con este procedimiento podemos secar rodajas de naranja, limón, mandarina, manzana, setas, pieles de frutas, calabazas, etc.