EL ESPACIO INTERIOR

Un ambiente combinado entre institución y casa: espacios acogedores; espacios para momentos íntimos; espacios personales dentro del espacio colectivo.

Aportación de Penny Ristcher a las "Jornadas sobre l'espai a la educació Infantil" celebradas en Barcelona los días 8 y 9 de marzo del 2002.

  Los servicios educativos para niños de 0 a 6 años forman parte integral del sistema educativo y, en algunos aspectos, viven a la sombra de la escuela primaria. La influencia de un estilo escolar se ve por ejemplo en la organización de los espacios. La introducción de los colores fuertes y de decoraciones 'alegres' representan un intento de adecuar estos espacios a los niños en edad preescolar, pero no es suficiente. Uno estilo intencionadamente festivo en la vida cotidiana llega a ser aburrido y molesto, y los espacios continuaran siendo anónimos e institucionales. En cambio los servicios 0-6 podrían, o mejor tendrían que, ser una clase de ambiente combinado entre institución y casa con la oferta de un contexto de vida acogedor, bonito, estimado, articulado y personalizado.

Espacios acogedores. Además de los objetos funcionales ha que dan un toque de belleza: cuadros, tapices, plantas, composiciones de flor seca... Un ambiente bonito y educativo para los niños (quiere decir un currículum implícito), y, no menos importante, un apoyo moral para los adultos.

Espacios para momentos íntimos. El ambiente se organiza en espacios acogedores que favorecen la intimidad y las interacciones significativas (entre adulto y niño, entre niño y niño). Un mueble clave es la butaca, símbolo de tiempo de calma y esparcimiento. Invita el adulto a escuchar, observar, conversar, leer juntos, arrullar, consolar... A los niños les sirve para acurrucarse con un osito o con un libro, solos o con un compañero. O como sitio, provisional o estable, para separarse en pequeño grupo y confabular. Sirven como rincón para la distensión, sacarse los zapatos, mirar libros o álbumes. O para "no hacer nada" (en realidad un ocio fecundo).

Espacios personales dentro de los espacios colectivos. Como los niños pasan muchas horas en los servicios, es importante que el ambiente sea personalizado, que refleje la presencia de cada uno de sus "habitantes". Los objetos personales que trae cada niño se valoran y se potencian: el abrigo, la roba de repuesto, el peluche (para los más pequeños) u otros objetos que dan 'seguridad', el vaso, el babero, el álbum de fotos de la historia familiar de cada uno, cajas de pequeños tesoros personales, una pequeña planta para cuidar, las cosas necesarias para dormir... Son objetos que huelen a casa, que hacen de enlace entre la vida privada y la vida pública. Cada uno de estos efectos personales diversos necesita una colocación digna, un sitio pensado y accesible a los mismos niños (armario, colgador, bolso, estante...) Estos objetos, si se los da un buen trato, constituyen un punto de referencia que da seguridad, que favorece la autonomía, son una fuente de intereses, de intercambios y de conversación.

Sería bueno que este modelo 'combinado' también consiguiera influir la organización de los espacios de la escuela primaria y secundaria...